La Huerta
De la Huerta al Plato
Aunque somos de espíritu viajero, y con nuestra Bicicleta hemos dado casi la vuelta al mundo entero, somos cántabros de pura cepa y hemos crecido entre Hoznayo y Anero.
Hemos pasado la infancia entre huertas y vacas, sembrando patatas por San José, comiendo guisantes de la vaina, cortando lechugas, desgranando alubias y jugando entre las barricas de blanco de solera en el bar-tienda que nuestro abuelo regentaba en Villanueva, Anero.
Viendo como nuestra abuela se subía en el autobús cargada con su cosecha hacia Solares donde la esperaban en el entonces y todavía hoy célebre restaurante “Casa Enrique” para comprarla los caricos y productos de la huerta.
Cuando abrimos la Bicicleta, en 2011, la huerta no era una cosa exótica para nosotros, sino algo habitual con lo que trabajar.
Pero no ha sido hasta que han pasado los años, con mucho esfuerzo y dedicación, cuando hemos conseguido cultivar un terreno de una hectárea, ubicado a 1km del restaurante (Barrio el Francés,1) donde tanto en exterior como bajo invernadero, cultivamos toda la flor cortada (decorativa y comestible) que empleamos en el restaurante (tulipanes, dalias, peonías, cosmos…) así como otros productos que, sin ataduras pero con gran regularidad, incorporamos al menú degustación: guisantes lágrima, espárragos verdes, ruibarbos, fresas, tomates, aromáticas…
Tenemos un equipo de jardinería y huerta que se ocupa de cuidar todos estos espacios.
Tres bancales que construimos durante lo más duro del confinamiento cuando nos encerramos con un colchón encima del restaurante nos sirven hoy de muestra y ejemplo de lo que cultivamos en el Francés.
Es aquí donde comenzamos nuestro menú degustación.
En 2020 logramos, además de una estrella roja, una estrella verde que nos otorgó la Guía Michelin, que sería la primera estrella verde de Cantabria.












































